El porqué de las cosas
Desde hace varias semanas Jens nos está deleitando con el juego de las preguntas encadenadas que consiste, como muchos sabreis, en participar en la conversación con una única pregunta: ¿por qué?
De esta manera se consigue, sin mucho esfuerzo intelectual, mantener a un padre, o en su defecto a una madre, hablando y explicando cosas toda la tarde.
Los psicólogos y educadores han elaborado diferentes teorías al respecto.
Pero a veces, aunque la respuesta parezca sincera e inocente (hoy por la mañana)
-Mamá, ¿por qué mueves la cortina?
-Para que no entre el sol.
(pausa de dos segundos)
-Nooo, que el sol no puede entrar, que está colgado en el cielo, la luz entra.
De esta manera se consigue, sin mucho esfuerzo intelectual, mantener a un padre, o en su defecto a una madre, hablando y explicando cosas toda la tarde.
Los psicólogos y educadores han elaborado diferentes teorías al respecto.
- “La pregunta no proviene de la curiosidad sino que se genera automáticamente”. En ese caso aconsejan terminar con la “mala costumbre” contestando directamente: “porque sí” o “no se”.
- “El niño quiere contrastar sus propias teorias”. Prueba a responder con una contra-pregunta “¿Y tú por qué crees que es?”
- “El niño no está escuchando la respuesta”. Se debe exigir que se formule la pregunta de manera completa respondiendo “¿por que qué?”
A mi personalmente esto me parece una falta de respeto al niño.
Yo no sé, pero a la velocidad que preguntan “¿por qué?” yo no creo que les de tiempo a elaborar ninguna teoría. Por lo menos Jens se mosquea mucho cuando yo contraataco...
-¡No! ¡Yo digo “por qué” y tú dices las cosas!
Tampoco funciona. Las dos primeras veces parece un poco desconcertado, después se aprende el truco y repite de memoria toda la frase...
-¿Por qué vas a echar harina?
-porque la bechamel lleva harina.
-¿Por qué la bechamel lleva harina?...
En este punto se acaban los consejos de los expertos y entra en acción la imaginación de “la parte contestante”. Por ejemplo contestar algo realmente absurdo, entonces Jens se para y contesta con una sonrisilla de saber que le estás tomando el pelo:
-¿Por qué cierras la puerta? (al salir de casa)
-Para que no se escapen los abrigos
-Nooo, que los abrigos no pueden irse sin personas dentro...
Pero a veces, aunque la respuesta parezca sincera e inocente (hoy por la mañana)
-Mamá, ¿por qué mueves la cortina?
-Para que no entre el sol.
(pausa de dos segundos)
-Nooo, que el sol no puede entrar, que está colgado en el cielo, la luz entra.
2 comentarios: Pincha abajo en "Post a Comment" para escribir tu comentario
parece que fue ayer cuando tu hacias las mismas preguntas, el proceso era el mismo y mi consejo es responder siempre -mientras dure la paciencia- y observar cómo se les va quedando todo en su memoria RAM. ¡qué inteligente es mi niño!
Otra versión, psicoanalítica. El porqué es una pregunta sobre el porqué de su existencia, ¿porqué está aqui? interroga el deseo de los padres básicamente.
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